Cuando nos encontramos frente a
olivos viejos, descuidados o fuertemente estresados, la simple poda ordinaria
ya no es suficiente. En estos casos entra en juego una técnica decisiva, a
menudo temida pero fundamental: la poda de reforma.
No se trata de “cortar por cortar”, sino de una intervención técnica específica, orientada a devolver equilibrio, vigor y productividad a plantas ya comprometidas. Como subraya el agrónomo Vito Vitelli, la reforma es un acto de responsabilidad agronómica, no un gesto agresivo hacia la planta.
Cuándo y por
qué intervenir de forma drástica
La poda de reforma se aplica
cuando la planta se encuentra:
- Estructuralmente comprometida
- Caracterizada por madera vieja o improductiva
- Mal formada a lo largo de los años
- Incapaz de garantizar una producción equilibrada
En estas condiciones, continuar
con podas ligeras solo significa aplazar el problema. La reforma,
en cambio, permite eliminar los errores estructurales y volver a empezar sobre
bases correctas y funcionales.
La regla
fundamental: las medidas no son una opinión
Uno de los errores más frecuentes
es confiar en el ojo o en una experiencia aproximada. En agronomía
esto no está permitido. Como recalca Vitelli; “Las medidas son medidas. Los
centímetros son centímetros, como en matemáticas.” El respeto de las
alturas de corte es lo que permite a la planta reconstruirse de manera
correcta, equilibrada y duradera.
El corte
Zaragoza: cómo plantear correctamente la reforma
En el sistema Zaragoza, aplicado
a la reforma del olivo, la intervención sigue una lógica precisa y repetible.
1. Limpieza y selección
Se identifica el tronco o el
rebrote más adecuado y se eliminan:
- Ramas secas
- Partes
comprometidas
- Vegetación
desordenada
El objetivo es dejar
exclusivamente lo que pueda garantizar un nuevo inicio saludable.
2. Altura del corte
El corte principal se realiza a
90 cm del suelo, con una inclinación de aproximadamente 45°. Esta
intervención recibe el nombre de “corte Zaragoza de reforma.”
3. Zona de reconstrucción
La franja comprendida entre 70 y
90 cm representa el área clave de la reforma: Es aquí donde se definirá
la nueva arquitectura de la planta.
4. Gestión de la nueva vegetación
La vegetación que nace después
del corte debe guiarse con atención:
- Eliminando los
brotes mal posicionados
- Favoreciendo la
apertura central
- Estableciendo
una forma arbustiva ordenada
En las primeras fases vegetativas
se realizan intervenciones de contención a 15–20 cm, para favorecer una
ramificación equilibrada.
El resultado
final
Al inicio, la planta puede
parecer desnuda, casi sacrificada.
En realidad, está teniendo lugar el proceso más importante: la reconstrucción
completa del tronco.
Con el tiempo se obtiene:
- Una nueva
estructura
- Mayor
equilibrio vegetativo y productivo
- Mejor gestión
de la copa
- Aumento de la
longevidad de la planta
A menudo, son precisamente las
plantas más comprometidas las que se convierten en las más eficientes, si se
reforman correctamente.
Una imagen para
comprender el concepto
La poda de reforma es como la
rehabilitación de una casa antigua.
Si los muros son inestables, no sirve de nada pintar.
Se demuele lo que no sostiene, se
reconstruye sobre bases sanas y se obtiene una estructura más sólida que antes.
Lo mismo ocurre con el olivo.
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Nota editorial:
Contenido original a cargo del
Agrónomo Vito Vitelli, elaborado y optimizado con el apoyo de herramientas de
inteligencia artificial con fines divulgativos, informativos y de valorización
técnica.
Actividad divulgativa realizada
en colaboración con:
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